viernes, 4 de julio de 2025

Segunda Entrada

 7.Críticas a estas teorías

 Se enfocan más en el control que en la prevención real. Aumentan la estigmatización de jóvenes pobres o minorías. No abordan las causas estructurales (pobreza, exclusión, falta de oportunidades). Se dijo que muchas de estas políticas solo "maquillaban" el problema del crimen.

8.Ejemplo con base a la película sangre por sangre:

 Durante la década de los noventa, el crecimiento de la violencia, las pandillas y el tráfico de drogas impulsó la aparición y reformulación de diversas teorías criminológicas. La película Sangre por Sangre, que cuenta la historia de tres jóvenes latinos en Los Ángeles, representa varias de estas perspectivas.

La teoría del control social se evidencia en el personaje de Miklo quien, al carecer de relaciones estables con su familia y el sistema educativo, encuentra en una pandilla el sentido de pertenencia que necesita. Por su parte, la teoría de las ventanas rotas se refleja en los vecindarios abandonados y deteriorados, donde el caos y la falta de cuidado favorecen la aparición de conductas delictivas. También se manifiesta la teoría de la elección racional, cuando Miklo toma decisiones ilegales de forma estratégica para sobrevivir o escalar dentro del mundo criminal.

En el caso de Cruz, observamos la teoría del autocontrol, ya que su adicción a las drogas muestra una personalidad impulsiva y poco reflexiva. En contraste, Paco encarna el autocontrol al decidir encaminar su vida en el ámbito policial. La teoría de las oportunidades se hace presente al mostrar cómo el crimen se facilita cuando hay personas dispuestas a delinquir, víctimas accesibles y poca presencia de autoridad. Finalmente, la teoría de la anomia se representa cuando los protagonistas, sin posibilidades reales de progresar por medios legales, optan por caminos ilícitos para alcanzar sus objetivos.

Estas ideas dieron forma a políticas punitivas como la “tolerancia cero”, que priorizaban el castigo sobre la rehabilitación. Sangre por Sangre deja claro que el delito no es solo una cuestión de decisiones personales, sino también el resultado de condiciones sociales injustas y la falta de oportunidades para salir adelante.

9. Conclusión

 Las teorías de los años 90 marcaron un cambio de entender al delincuente como una víctima del sistema. A verlo como alguien que elige delinquir. Esto generó políticas más represivas, enfocadas en castigar y controlar, más que en educar o rehabilitar.

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